En anteriores posts ya hemos hablado del diseño web minimalista.
Por suerte, este tipo de diseño es tendencia desde hace bastante tiempo. Esto se debe porque ha quedado más que demostrado que menos es más y que para captar clientes no es necesario poner innumerables galerías de fotos, ni muchos adornos ni llamadas de atención.
El diseño web minimalista ha llevado un tiempo implementarlo en el día a día, ya que se sigue teniendo la creencia de que cuanto más pongas, más vistoso es, pero, poco a poco, cada vez hay más emprendedores y diseñadores que apuestan por la simplicidad en sus páginas. Y es que la sencillez y la claridad son mucho más efectivas para llamar la atención del lector.
Solo párate a pensar cómo te sientes cuando aterrizas en una web llena de cosas. ¿Es raro verdad? No sabes donde mirar, te pierdes por la multitud de estímulos que te ofrece por lo que puede ser que ni si quiera encuentres aquello que ibas buscando. Son elementos que consiguen desorientarte.
Vivimos en una sociedad en la que, cada día que pasa, todo va más rápido, queremos todo de inmediato por lo que, la única fórmula para triunfar es simplificar y facilitar al máximo cualquier tipo de proceso.
Por todo esto, necesitas una web atractiva, clara, fácil de utilizar y estratégica.
Y, ¿cómo puedes aunar estos tres elementos que te pueden llevar al éxito? Pues, claramente, gracias al diseño web minimalista.
Contenido
Principios del diseño web minimalista
El diseño web minimalista se reduce a lo esencial para combinar diseño y funcionalidad de una forma sencilla e inteligente. Para conseguir esto, elimina elementos superfluos y se centra solo en aquellos que son necesarios para que el usuario pueda navegar sin distraerse de lo importante.
Por esto, podemos deducir que una página web minimalista es aquella que consigue impactar con el menor número de elementos posible. En este tipo de páginas, nada sobra y nada falta.
Lo que tenemos que tener claro es que, que una página web sea sencilla no quiere decir que sea simplona o pobre. Para que un diseño minimalista sea eficaz, es necesario dedicar mucho tiempo a pensar, planificar y definir.
El minimalismo es enemigo del desorden y del caos, que solo provocan la falta de atención. Cuantos más elementos tenga tu web, más compleja parecerá a ojos del usuario y más te costará mostrarle tus productos o servicios.
Por lo tanto, el objetivo final del diseño minimalista es hacer que el mensaje sea lo más claro posible, eliminando distracciones y manteniendo el foco en lo que de verdad importa.
Las leyes de la simplicidad
John Maeda, un genio del diseño digital, nos ofrece las diez claves que equilibran la simplicidad y la complejidad en el diseño:
- Reducir. Elimina todo aquello que no aporte nada, siempre y cuando no afecte a la experiencia de usuario y respete los principios de usabilidad web
- Organizar. Ordena y prioriza los elementos que sí son imprescindibles para crear una estructura coherente y fácil de comprender
- Tiempo. Hay que reducir el tiempo de espera y permitir que tus usuarios encuentren lo que buscan de manera inmediata
- Aprender. Cuanto más simple sea, antes aprenden los usuarios a identificar los botones y el resto de elementos para navegar e interactuar
- Diferencias. Cuanto más compleja se vuelve la tecnología, más simplicidad quieren los usuarios
- Contexto. Tienes que asegurarte que el contenido es totalmente legible y accesible a todo tipo de formatos
- Emoción. Todo en la web transmite algún tipo de emoción. Por ello, presta atención a lo que quieras transmitir para reforzar tu mensaje con todos los elementos visuales de la web
- Confianza. Normalmente, una persona confía más en lo simple que en lo complejo porque lo que puedes controlar te da más seguridad
- Fracaso. Es normal que cometas errores, además estos te ayudan a mejorar y te enseñan que, muchas veces, las cosas son más sencillas de lo que crees
- La única. Esta ley resume todas las anteriores de una manera “La simplicidad consiste en sustraer lo que es obvio y añadir lo específico”
Cómo hacer un buen diseño web minimalista
Teniendo ya delante estas leyes, se puede decir que para crear una página web se deben tener en cuenta las siguientes cosas:
- Minimizar el contenido tanto visual como textual, poniendo el foco en lo que de verdad es importante para así poder dirigir la atención del usuario hacia donde te interese
- Tener un menú de navegación sencillo e intuitivo
- Tener un objetivo en cada página. Si incluyes, por ejemplo, muchas llamadas de acción en una misma sección, es muy probable que el usuario se pierda entre tanta información y no acabe clicando en ninguna de tus CTA
- Integra la simetría como elemento para ordenar y distribuir el contenido
- Incluye espacios negativos o en blanco para no saturar
- Crea un contraste entre los distintos elementos para resaltar aquellos realmente importantes
- Apuesta por texturas y elementos gráficos planos que huyan de las sombras, degradados, efectos 3D…
- Utiliza una paleta de colores monocromática y combina con algún color complementario para destacar algunos elementos
- Ten siempre una tipografía legible, clara y sencilla
- Selecciona solo unas pocas imágenes muy expresivas a nivel visual para transmitir aquello que deseas
Ventajas del diseño minimalista
Una web que respete todos los requisitos anteriores tiene grandes ventajas para tu negocio ya que seguir todos los pasos anteriores te ayudará a:
- Aumentar la velocidad de carga
- Mejorar la experiencia de usuario
- Ofrecer más claridad, organización y concreción en tus contenidos
- Optimizar la navegabilidad web
- Garantizar un diseño responsive adaptado a todo tipo de dispositivos
- Conseguir un mayor impacto visual
- Facilitar la interacción
- Generar más confianza y seguridad en los visitantes de la web
- Aportar una visión profesional de tu negocio
- Focalizar y dirigir la atención del lector hacia donde nos interese
Estos puntos influyen en tu tasa de conversión. Porque un sitio web atractivo, funcional, sencillo y fácil de utilizar es la mejor forma de comunicar tus valores y tu misión.
El diseño de una web siempre debería estar enfocado a los principios de usabilidad, navegabilidad y accesibilidad, que son los que garantizan una buena experiencia de usuario.
Sin duda, la simplicidad es el camino más eficaz. Las páginas minimalistas cargan rápido, se adaptan con facilidad a los distintos tamaños y formatos de pantalla, son intuitivas, eliminan distracciones y te permiten dirigir la atención del usuario al lugar que de verdad importa.
Recuerda: menos siempre es más.
Si quieres que tu web actual se adecúe a estos nuevos estándares de diseño, ponte en contacto con nosotros y estaremos encantados de ayudarte en el proceso.